Del zapping al surfing

>>>Cambio, cambias, cambia, cambiamos, cambiáis, cambian... La era tecnológica está a punto de despegar con grandes cambios en los que todos estamos inmersos. Entre ellos, uno de los que más afecta al mundo del marketing y su comunicación: el zapping. El mando a distancia, ese gran invento que se comercializó revolucionando España en la década de 1990, pasa de enemigo a amigo de los publicitarios. El acto de libertad y, a su vez, de poder dentro de las familias de cambiar el canal de la televisión cada vez que la programación no cumplía las expectativas o se iniciaban los minutos publicitarios; está dejando paso a un nuevo concepto de difusión mediática. Si bien es cierto que antes por cada hogar había un único televisor y ahora esta cifra ha aumentado, competir por el mando a distancia no deja de ser algo anacrónico. El target inferior a los 30 años, muchas veces ampliable a más edad, pasa según estadísticas más y más tiempo delante del ordenador navegando en detrimento del ocio televisivo. Por eso, las nuevas estrategias de marketing van más encaminadas a contactar con los públicos por la red que por la pequeña pantalla. Pero no sólo ese cambio nos lleva del zapping al surfing, porque la televisión digital terrestre o las plataformas que integran todo ello -desde las videoconsolas de tercera generación hasta los paquetes digitales de telecomunicación- van a cambiar el panorama actual. Si el zapping de la televisión era eso, exclusivamente de la televisión y en contadas ocasiones también de la radio, en nuestros días el surfing digital es lo que más se lleva. Pasar de un contenido a otro, sin importar el canal distribuidor de contenidos, es el giro que ha dado la generación Z. Por ello, ya no vamos a ver el canal público o privado de turno si no que nos descargamos -ilegalmente o no- la serie que nos gusta para verla en el ordenador. El Youtube y el Google nos han acostumbrado a buscar lo que queremos y deseamos en lugar de esperar a que nos venga impuesto por terceros. Por ello, la TDT y las plataformas antes mencionadas tendrán que integrar su publicidad mediante inserciones en programas o emplazamiento de producto y de concepto: únicas salidas viables para el marketing del siglo XXI.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que este artículo es muy interesante. Ver cómo la evolución nos hace depender de un nuevo amo, Internet, me parece fascinante. Después de haber vivido esta trepidante escalada de nuevas tecnologías en nuestras vidas cotidianas, no me cabe ninguna duda de que cada vez es más difícil persuadir al consumidor para que compre un producto, ya que al estar rodeado de un sinfín de comodidades, encontrar lo que pueda necesitar es una ardua tarea. No obstante, el uso de fórmulas pasadas y beneficiosas es una idea acertada para intentar captar nuevos clientes. Por ende, es presumiblemente probable que este "nueva" estrategia sea una de los mejores instrumentos para convencer a nuevos consumidores inmersos en la sociedad de la información. Sin embargo, un poco de innovación nunca viene mal.